Diez años pasaron desde la primera actuación de Divididos en Tilcara. Esta vez la excusa fue la presentación del último disco y, una vez más, la banda aplanó al público, que de manera fiel soportó estoicamente la lluvia.
La presentación del power trío había generado gran expectativa en todo el pueblo. A medida que se acercaban los días, los fanáticos de todo el país coparon la capacidad hotelera y revolucionaron las tranquilas calles tilcareñas; con sus remeras negras se instalaron en la plaza principal.
La noche anterior al gran día,  grupos de chicos y chicas recorrían las calles cantando con guitarras o a capella, despertando a quienes intentaban dormir, demostrando el fervor con el que esperaban la actuación de Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella.
La hora de inicio del show estaba prevista para las 15, con varias bandas locales de teloneras. En la grilla figuraba "La gallega", que presentó temas de su primer disco.
Una verdadera marea humana surcaba las angostas calles, entre cantos y vasos de fernet o gaseosa, a lo largo del kilómetro y medio que separa la plaza del predio donde se realizó el recital. A medida que pasaban las horas el camino de tierra se hacia intransitable para los autos debido a la gran cantidad de público.
Una vez terminada la actuación de los teloneros el cielo estaba nublado y amenazaba la lluvia. Mientras preparaban el escenario para la actuación de "la aplanadora del rock" comenzaron a caer las primeras gotas, que pronto se convirtieron en una tormenta. Los equipos se taparon, pero la gente siguió cantando y saltando, clamando por rock.
Todo hacia presumir que la actuación iba a suspenderse, pero entre las gotas salió Mollo con la intención de apaciguar los ánimos. Haciendo gestos y ademanes aseguró que la fiesta iba a continuar. Luego de colgar banderas sobre los equipos, el cantante y guitarrista mostró un cuadro de la Virgen y pidió el fin del aguacero.
Sólo 10 minutos más tarde la lluvia paró y los cánticos se hicieron aún mas fuertes, mientras la luna asomaba sobre una montaña del imponente paisaje que tenía de fondo el escenario.
Todo estaba listo para una verdadera fiesta rockera.
"Buenas noches", gritó Mollo, y arrancó con una furiosa versión de "El arriero", de Atahualpa Yupanqui. Pronto empezaron a sonar los nuevos temas de "Amapola del 66", disco por el cual hubo que esperar ocho años.
"Muchas gracias, con la bendición de la Virgen", afirmó el cantante antes de "Hombre en U" y "Buscando un ángel", ambos del flamante trabajo.

Emociones
El sonido fue de menor a mayor, y logró su punto máximo en "Mantecoso". Fue sorprendente cómo el público respetó los temas nuevos y acompañó con palmas o cantando cada uno de ellos. "Se dieron cuenta dónde estamos ¿no? Es alucinante. Un momento, todo muy lindo, pero los mosquitos hay que sacarlos", dijo entre risas el guitarrista para largar "Muerto a laburar", seguido de "Vientito del Tucumán" y "Par mil".
Por momentos el cielo dejaba ver una estrella. Sumada a la luna llena sobre el valle daban un marco imponente a la escena del power trío ejecutando sus canciones.
Antes de "Avanzando retroceden", el bajista Arnedo afirmó que es un tema para todos aquellos que viven a toda velocidad la vida y se olvidan del amor. Estuvo acompañado por la primera invitada de la noche, la bagualera Micaela Chauque.
Divididos se destaca por las fusiones con el folclore y la noche del sábado no fue la excepción. Como los santiagueños Juan Saavedra, Sandra Farías y "Kelo" Herrera de invitados, Arnedo se dio el gusto de homenajear a su padre Mario Arnedo Gallo, autor de la canción "La flor azul", en una memorable versión.
Sin dar respiros al corazón, con los mismos músicos sobre el escenario sonó el clásico "Qué ves", durante la que Mollo aclaró mirando al cielo: "muchas gracias por hacer que se vaya la lluvia".
Uno de los momentos más emocionante de la velada fue cuando realizaron un homenaje al músico jujeño Ricardo Vilca, que murió años atrás. Vilca fue autor del tema "Guanuqueando", registrado hace 10 años en Tilcara con Divididos y grabado en el disco "Vengo del placard de otro". Con la misma formación que tocó en esa oportunidad, sonaron los acordes y cayeron las lágrimas de los nostálgicos.
"Por favor cuiden el predio, no tiren papeles en el piso. Cuidemos el aire, el agua y la tierra. Si vienen las mineras pueden producir algunas enfermedades, cuidemos el medio ambiente y nos informemos", dijo el guitarrista luego de ver volar una botella.
Siguieron los estrenos "Boyar nocturno", "Senderos" y "Jujuy". En el medio de estos dos últimos, al igual que en el disco, se escuchó un recitado con la voz de "Churqui" Choquevilca y la musicalización de Gustavo Patiño. La canción "Amapola del 66" marcó el cierre, con todos los invitados en el escenario. Y se fue la noche.